lunes, 25 de enero de 2010

Millones de gases contaminantes vertidos a la atmósfera por el transporte animal y la ganadería intensiva


En los últimos años, los grupos ecologistas y de protección han alertado a las instituciones políticas sobre la enorme importancia que la producción ganadera intensiva desempeña en el fenómeno del calentamiento global. Los actuales sistemas de producción mantienen al ganado “almacenado” en stocks de alta densidad que atentan contra cualquier comportamiento natural de su especie. Millones de pollos y gallinas pasan su vida en una jaula del tamaño de un folio, los cerdos viven hacinados entre una multitud sin acceso a una cama de heno y las vacas, las mayores productoras de metano dentro del mundo animal, son obligadas a producir más y más leche.


Organizaciones europeas como el Eurogrupo por los animales proponen la introducción, en los programas de desarrollo rural, de medidas para promover la extensión de las explotaciones ganaderas, y de una mejor administración de los pastos, como ya mantuvo la Comisión sobre Balance de Salud de la PAC. Esto permitiría que un mayor número de explotaciones tuvieran la oportunidad de permitir que los animales pastaran, respetando su bienestar, así como la conservación de la biodiversidad y la protección del paisaje. Una menor densidad animal tendría como consecuencia menos metano vertido a la atmósfera en un área dada. Los granjeros también deberían recibir fondos para la conversión de las tierras de cultivo en pasto, y permitir que su ganado se críe en condiciones naturales.

1 comentario:

  1. Asimismo, es necesario conseguir que las personas sean conscientes, y que los consumidores estén mejor informados sobre el impacto de la producción animal en el cambio climático y puedan cambiar sus hábitos de consumo, mediante la reducción de productos animales en su dieta o usando productos animales provenientes de sistemas de producción con un menor impacto en el clima.

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